Jürgen Habermas dice que “el espacio público es la comunicación entre miembros de una sociedad, y requiere imprescindiblemente de espacio y foros abiertos a escuchar y discutir propuestas emitidas desde cualquier perspectiva.” El filósofo alemán en su trabajo “Further reflections on the public sphere” aborda el concepto de la esfera pública o espacio público, en el cual identifica tres propiedades fundamentales:
La primera es la “inclusividad”, su carácter incluyente, es decir que este espacio es accesible para todos sin distinción.
La segunda propiedad es su carácter igualitario. No sólo tiene toda persona acceso a él, sino que, además, en su interior, nadie tiene prioridad sobre alguien, se comparte por todos los participantes desde una posición igualitaria.
La tercera se refiere a la apertura, en el sentido de que cualquier asunto, sin restricción, puede ser lanzado a discusión entre todos los participantes del espacio público.
La preocupación por el buen gobierno y la buena administración se ha planteado desde muy antiguo, en todo el mundo, y también en el ámbito iberoamericano, tanto en la literatura (desde los textos de la Eunomía de Solón de Atenas en la Grecia Clásica[1], pasando por la Nueva Crónica y Buen Gobierno de Felipe Guamán Poma de Ayala en el siglo XVII o por El Federalista en 1788, en un momento crucial, cuyo número 76, atribuido a HAMILTON nos habla de que “la verdadera prueba de un buen gobierno es su aptitud y tendencia a producir una buena administración», como en el arte, sean los frescos de AMBROGIO LORENZETTI en SIENA (1338-1339), o el mural de Diego Rivera en la UNIVERSIDAD DE CHAPINGO, MEXICO D.F (1924), ambos titulados «El Buen Gobierno».
Guaman Poma, “el autor Ayala”, de rodillas al lado del rey de España, ante el Papa de la Iglesia Romana. Portada de Nueva corónica y buen gobierno (1615) . Guaman Poma. Biblioteca de Dinamarca.
Los beneficios en las personas y la colectividad de una gobierno y una administración pública democráticos, eficaces y eficientes son incuestionables, como también lo son los perjuicios derivados de un mal gobierno y una mala administración, y han sido, como vemos, detectados desde muy antiguo, formando parte de las eternas preocupaciones humanas, probablemente desde que ha existido algún tipo de organización humana y poder en ella, ni que fuera en la cabeza de un jefecillo de tribu hace miles de años.
Sin embargo, los problemas concretos que se plantean, las estructuras sociales y políticas para hacerles frente, y la concepción de los derechos individuales y colectivos en garantía de ese buen gobierno y esa buena administración han evolucionado con la historia.
Asimismo, han progresado, como es obvio, los métodos e instrumentos de gestión, los paradigmas de organización, los estudios y las ideas sobre la cuestión. El buen gobierno y la buena administración no puede ser una estructura estática, sino que ha de evolucionar con la sociedad, los medios disponibles y los conceptos manejados.
En el siglo XXI disponemos ya de medios que nos permiten potenciar la vieja aspiración humana de avanzar en un buen gobierno y una buena administración.
Tanto las TIC, como el acceso a cantidades masivas de datos (Big Data) o el impulso de la inteligencia artificial de la mano de algoritmos de aprendizaje automático (machine learning) están revolucionando la toma de decisiones privadas y públicas.
Junto a todo ello, la sensibilidad social actual y los avances en derechos y gestión pública han llevado a tecnificar las ideas de buen gobierno y buena administración, en conexión con los conceptos, por ejemplo, de transparencia, gobierno abierto o mejora regulatoria y regulación inteligente (better/smart regulation) como palancas para ello, con el surgimiento, como un rasgo propio de la globalización y del Derecho global, de principios jurídicos concretos de buen gobierno y de un derecho subjetivo a una buena administración, existente en numerosos países, entre ellos también los del ámbito iberoamericano y europeo.
Todo ello, pues, nos sitúa en una coyuntura histórica idónea y única para unir esfuerzos transdisciplinares y avanzar en el fomento de la realización efectiva y pragmática del buen gobierno y de la buena administración, que permita florecer todas las capacidades de las personas en las sociedades democráticas.
Ambroggio Lorenzetti, Il Buon Governo, Palazzo Publico de Siena
El objetivo de este proyecto es
Crear una red transdisciplinar colaborativa para generar reflexión e ideas con la finalidad de promover el buen gobierno y el derecho a la buena administración, basados en el ejercicio efectivo de los derechos personales y colectivos vinculados en distintos países. La red busca crear sinergias entre investigadores con diversos enfoques y perspectivas, que permitan innovar en este campo mediante la teoría y la experimentación en torno a las ideas expuestas. Asimismo, uno de los objetivos es realizar transferencia de conocimiento al sector público y privado (que colabora con el público y desarrolla funciones públicas y servicios públicos) para el logro de un mejor gobierno y una mejor administración en general y en concretos sectores de actuación (como, por ejemplo, el urbanismo, la gestión de servicios públicos, el medio ambiente, la movilidad, etc.).
Elementos:
Espacio documental de acceso universal. Es básicamente un repositorio de:
- documentos generados por colaboradores: pueden ser tanto publicaciones realizadas como documentos en borrador, que se pongan a disposición de los colegas interesados, bien aquí, bien en la intranet a la que enseguida nos referiremos
- Vínculos de internet de interés
- Noticias, novedades publicaciones, informes, cursos, conferencias, etc.
Espacio colaborativo, reservado. En esta intranet se generarán áreas de debate, poniendo en común los desarrollos y debatiendo las ideas.
Ámbito:
Geográfico. España, Europa y Iberoamérica y Estados Unidos de América.
Profesional. Con vocación interdisciplinar, la promoción del buen gobierno y el derecho a una buena administración exige plurales enfoques, incluyendo Derecho, Economía, Ciencia Política, Gestión Pública, Matemáticas, Arquitectura, Ingeniería, etc.
Público objetivo. Toda persona interesada en la mejora de la actividad pública y de las políticas públicas, así como de la actividad privada que realiza funciones públicas y presta servicios de interés general.
Lengua. la ordinaria será el español, pero con flexibilidad para aceptar otras lenguas latinas, señaladamente el portugués y el francés, y aportaciones en inglés de interés.
Diego Rivera, El buen gobierno Universidad de Chapingo, México D.F.